Por: Jaime “Papá” Jaramillo*, Especial para Buque de Papel, Bogotá
Si observas en silencio la naturaleza, verás la gran diferencia que hay entre una rosa al amanecer, cuando se viste de rocío y suelta sensualmente su fragancia más sublime al contacto con los primeros rayos de sol, y una rosa que no ha conocido el sol. Por más que las dos sean flores, la que no tiene el contacto con el sol se siente artificial, plástica, sin brillo, está prácticamente muerta.
Así mismo es tu vida cuando no has tenido la oportunidad de estar en contacto con la luz interior que emana de tu ser, de tu esencia Divina. ¿Cómo puedes brillar con luz propia si en tu interior estás dormido?
Así como los rayos del sol iluminan tu mundo exterior, la meditación iluminará tu maravilloso mundo interior. Por eso es tan importante la respiración, porque es el medio y el vehículo más poderoso para conectarte simultáneamente con tus dos mundos: el consciente y el subconsciente. La meditación te da la gran oportunidad de despertar, crear consciencia y así, espontáneamente a través de la respiración esa consciencia penetrará hasta lo mas profundo de tu Ser y de todas tus células corporales a la vez.